De Ciudadela a Palermo. De Palermo a Ciudadela (uff otra vez) y rapidito a Almagro. De almagro a Villa Crespo. De Villa Crespo a Parque Chacabuco. De Parque Chacabuco a Floresta. De Floresta a Flores y seguiré rodando al ritmo que me dicten mis ganas. Voy donde me lleve este viaje...
sábado, 31 de diciembre de 2011
lunes, 31 de octubre de 2011
domingo, 18 de septiembre de 2011
jueves, 15 de septiembre de 2011
sábado, 10 de septiembre de 2011
Pero no te extraño, hay veces que sueltan,
dentro de mi cuerpo, todos los delfines y
dos lobos marinos y como diez pingüinos
a hacer de las suyas creyéndome tuya
y yo no te extraño, me da mucha sed,
hasta que las bestias se duermen al bies.
Y me duermo sola, sin piyama en bola,
como la Inesita, que dormía sola di
dicen los que la aman, yo digo que dicen
los que no pudieron meterse en su cama,
yo creo que Inés quiere dormir sola,
lunes, 5 de septiembre de 2011
domingo, 28 de agosto de 2011
Sin comentarios
martes, 16 de agosto de 2011
Pausa en movimiento
Las palabras están en otros papeles, otros espacios y abundan, saltan están por todas partes, se convierten en obras y transpiro. Transpiro palabras y disfruto. Disfruto de la tarea y escribo. Escribo sin parar y en pausa.
Pausa.
Movimiento.
Pausa en movimiento.
lunes, 11 de julio de 2011
Las 10 estaciones
Cuarto de baño
En pie escudriñándome frente al espejo, me miro las heridas con desconfianza. No estoy segura de lo que veo. Tengo la frente lastimada, pegoteada de sangre, pero no me duele nada. No me animo a tocarme. ¿Estarán ahí?
Cuanto silencio hay en esta casa. Las habitaciones vacías repiten mis pasos y suspiros. Tengo que comprar mas muebles. Llenar la casa de muebles. Prefiero los libros, muchos libros. A quién le importa si los leo o no, hay que tener muchos libros. ¡Cuanto silencio! También debería comprar música, mucha música. No quiero escuchar mis suspiros. ¿Alguien camina en el living? No puede ser… Debo ser yo, estoy pisando fuerte… Pero… yo me arrastro… Quizás estoy confundida, perdí mucha sangre… Tengo que quedarme tranquila…
Miro al espejo y veo mi frente pegajosa y anestesiada y recuerdo un cuadro de un nene llorando con un pañuelo que le ata la cara y la cabeza en la sala de espera del dentista. Ahora se les dice odontólogos pero para mí siempre fueron den-tis-tas. Odio los dentistas más que a los odontólogos ¿Cómo se le ocurre a un odontólogodentista colgar en la sala de espera de su consultorio un cuadro de un chico sufriendo de dolor? ¿Acaso es su intención asustar a sus pacientes? ¿Será una demostración de poder? ¿Odiaran a los niños? Pienso sin poder dejar de verme la frente toda pegoteada. Creo que son sádicos y morbosos. A mí que no me vengan con el cuento de ayudar a la gente. No les creo. Disfrutar metiendo la mano dentro de la boca a la gente, no es normal.
¿Eso es una espina? Busco mi dedo índice de la mano derecha, lo miro, esta limpio. Empiezo a rascarme la mancha negra sobresaliente de la escama frontal. Rasco, me miro el dedo, sigue limpio. No tengo nada. No es una espina entonces, tengo que quedarme tranquila…
Es hora de bañarse así no pienso y me saco esta sangre pegoteada. Sigo en pie, delante del espejo pensándome. Me saco la bombacha y recuerdo. Vuelvo en busca de mi dedo índice, lo miro, está limpio, pero no le creo. Abro la ducha y recuerdo una boca húmeda sobre mi boca. Me miro desnuda, deseo y recuerdo más. Esa boca húmeda me hizo llorar a los gritos sola en medio de la calle. Me despedía mientras su lengua revolcaba la mía con furia, con tristeza con dolor, con odio. Esa boca me odio y yo a ella. No hay deseo sin dolor, ni recuerdo que no me duela. Tengo que bañarme, así no pienso. Abro la ducha, acerco mi mano derecha al agua y corroboro que no quema. Me meto debajo de la lluvia tibia con los ojos cerrados y me bautizo. Se desvanece la sangre, se caen las espinas. El dolor y el odio se aplacan. Recuerdo el deseo en mi cuerpo y los pasos en el living. Estoy pisando fuerte…
Me froto el cuerpo con ternura. Me recuerdo. Sigo en pie, debajo de la ducha, enumerando besos, dolores y espinas. No hay nadie en el living, estoy pisando fuerte…
Apago la ducha, me envuelvo en la toalla verde manzana, me pongo las ojotas y me paro frente al espejo, me miro. Estoy limpia. Suena el timbre.
sábado, 18 de junio de 2011
Las 10 estaciones
Lecho
No quiero abrir los ojos. Quiero quedarme, un poco más, un poco más. Mamá me repitió hasta el hartazgo que cuando suena el despertador hay que saltar de la cama sin demorarse, cada minuto que se pierde es irrecuperable. Una desgracia, toda una desgracia, rezaba. No quiero. La cama me abriga, me abraza. En la cama estoy a salvo. Un rato más, promesa. Me acurruco y me tapo la cabeza con las frazadas. Estoy en paz.
Silencio, no necesito pensamientos. Me gusta moverme entre las frazadas, disfruto del roce. Me gusta dar vueltas en la cama. Silencio. ¡Sh…! Silencio. Quieta y crucificada intento escucharlo.
¡Levantáte! ¡Levantáte, levantáte, levantáte!
Las órdenes se me amontonan, las contradicciones se me retuercen en el estómago, me doy vuelta en la cama como si fuera una babosa con sal y escucho gritos. ¡Levantáte! ¡Levantáte! ¡Levantáte! Me siento de golpe y grito: ¡Basta! ¡Basta! ¡Basta! Aprieto los dientes con fuerza y me arranco los clavos, el dolor es ácido y húmedo. Quieta y sangrando, espero.
Silencio, busco un pensamiento. Resoplo, estoy agitada. Me quedo quieta esperando. Empiezan a correr las palabras, se cruzan, las veo, se chocan, se miran, se abrazan. Levantarse, cama, despertador, desayuno, moverse, mamá, ojos, pantuflas, quererse, dolor, enojo, camisón, deberse, ducha, espejo, pis mirarse. Levantáte Paula, levantáte. No quiero, no puedo, necesito un motivo y no lo encuentro. Me siento en la cama, tal vez si me muevo… Asomo el pie derecho por debajo de las frazadas… Estiro los dedos, los separo, los miro, siento el frío y espero… Revuelvo en mi cabeza buscando un motivo… No lo encuentro…, no hay.
¡Quiero un motivo! Hago una lista. Sol, mañana, caminar, hambre, trabajar, bañarse, deseo, salir…, salir…, salir… Salir de la cama, salir de acá, salir de mí. Me sangra la frente. Silencio.
Tengo escamas en las manos y palabras en los pies. No quiero y no puedo. Escucho los gritos y hago fuerza para levantarme, pero me duelen los huesos. Tengo plumas en los brazos y flores en las piernas. Quizás…, si me inclino, puedo... Caen gotas de sangre en las pantuflas negras. Me arranco una espina, hago fuerza, aprieto los dientes y me paro…
Estoy de pie, junto a la cama, chorreando. Se alejan los gritos. Lento, muy lento me alejo. Me voy, la abandono, me desgarro en silencio.
martes, 12 de abril de 2011
Pausa II
Dejarse estar o poner alguna parte del cuerpo en movimiento. Habría que definir parte del cuerpo quizás, pero demora el movimiento.
En este tren dejarse estar ¿es positivo?
Dejarse estar a veces es el mejor transporte para avanzar.
Dejarse estar sin abandono.
Dejarse de pensar.
Dejarse de joder.
Dejarse...
Recuperar la paciencia dejándose estar y dejándose de joder (que no es lo mismo que joder dejarse)...
sábado, 19 de marzo de 2011
Pausa
Los dolores se adelantan y me embriagan.
Las musas no existen.
Las causas dejan de ser justas.
Y espero..., un poco más...
Espero no perder la paciencia
domingo, 13 de febrero de 2011
Pecados Capitales: Soberbia
Se acerca a la mesa, todos hablamos al mismo tiempo desordenadamente. Sivila se para delante de nosotros esperando que la miremos, pero la ignoramos. Ella espera y sonríe, confía en que vamos a prestarle atención. Nos hacemos los distraídos por miedo a que nos haya escuchado hablar mal de ella. Espera un poco mas, no se la nota apurada ni ansiosa, confía. Sivila carraspea, llamando nuestra atención, saluda, sonríe y comienza a dar una explicación sobre su sorpresiva presencia. Intenta ser cortés, notamos el esfuerzo y nos detenemos a escucharla. Mientras explica algo referido a despedirse, yo pongo en práctica mi cara “cuatro”. Sonrisa mediana, comisuras apenas levantadas, sin ironía ni complacencia. Los demás la miran, algunos con sonrisas otros seriamente pero nadie la invita a sentarse. No nos interesa lo que tenga para decirnos, solo la soportamos. Quizás nos preocupe un poco saber si logró escuchar que hablábamos mal de ella cuando entraba, solo un poco. Sigue explicando el motivo de su despedida, cosa que todos sabemos. Nos hacemos los sorprendidos y respondemos con comentarios formales. Ella sabe hacer de cuenta que le interesa ese encuentro y nosotros no nos esforzamos por demostrarle lo contrario. Queremos terminar esa situación lo antes posible para seguir hablando tranquilamente como antes de su llegada.
Sivila, tiene lagañas en los ojos y los dientes amarillentos a pesar de no ser fumadora. Se viste de manera antigua y es muy blanca, tanto que da impresión verle partes del cuerpo descubiertas. Es una mujer rubia, con mucho cabello, que se nota que no puede dominar. Tiene las manos con uñas muy pequeñas y dedos regordetes, blanquísimos también y es pianista. Al menos eso dice su curriculum y varios compañeros que han trabajado antes con ella.
Habla de su jubilación, yo sigo con mi cara “cuatro” esperando que se vaya de una vez.
No me interesa para nada lo que tiene para decir. No me interesa ni que sea pianista, ni que este contenta, ni que salude, ni que se jubile, ni que sea rubia. Es aburrida, intolerante, orgullosa, negadora, arrogante, pedante, vanidosa, tonta, ignorante, chata, obtusa y nociva. ¡No quiero verla más!
Le agarro la mano con cariño, le hago un comentario sobre adaptarse a no trabajar y le deseo un buen retiro. Sivila sonríe, agradece y se va.
Nos quedamos mirándola en silencio hasta que atraviesa la puerta.
_ Los invito con un café, digo casi a los gritos. Me levanto riendo, esta vez de placer.
martes, 1 de febrero de 2011
Pecados Capitales: Pereza
Llevas horas en la cama sin dormir, mirando el techo y de vez en cuando el televisor. Te tapas la cabeza con las sabanas y te volvés a destapar. El techo sigue ahí, igual al segundo anterior. La misma luz, los mismos sonidos, el mismo olor. Te tapas los ojos con las manos y respiras hondo. Hay olor a sucio, a viejo, a encierro. Hay olor a muchas noches sin dormir, olor a cansancio y eyaculaciones. Volvés a mirar y el techo sigue igual, nada cambió. Te levantás de la cama, metés los pies en las ojotas y los arrastrás hasta el baño. Meas, mucho, el olor es fuerte. No te lavas las manos seguís arrastrando los pies hasta el living y te tiras en el sillón. Con el pie izquierdo alcanzas el control remoto. Apretás los botones con el pulgar y prendés el televisor. Subís el volumen en el dormitorio sigue prendido el otro televisor y no te deja escuchar. Escuchas pero no prestas atención. Suena el teléfono.
_ Hola…
_ …
_ Acá andamos, muy bien, mirando una película.
_ …
_ No creo que pueda, tengo mucho que hacer, ando a las corridas. Mejor hablemos mañana, si puedo me hago un hueco y nos encontramos a tomar algo. No te enojás?
_ …
_ Claro, claro… Tenés razón, ando a las corridas con mucho trabajo, pero me organizo y lo hacemos.
_ …
_ Un abrazo. Chau, chau…lunes, 24 de enero de 2011
Marta Gomez - Melancolia
el año a pleno
maravillosamente
hay días alegres
hay días de melancolía
hay días.. siempre
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Van llegando a su fin. No fueron divertidas. Fueron intensas. Probablemente en breve sean necesarias nuevamente. Ahora se cambian los ritmos...
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Los Memes no son mi fuerte, pero no puedo resistirme a un pedido, en este caso de Alma . Así que cumplo con mi palabra y hago la tarea. Diez...
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Acabo de tomarme un analgésico. Increíble. Ya sé, pensaran que tiene de increíble tomarse un analgésico?. La cosa es así, la semana pasada, ...
Arráncame la vida
Cuando nos conocimos sentí una atracción animal, nunca me había pasado nada parecido. Cada vez que lo tenía cerca comenzaba a sentir como ...