viernes, 24 de diciembre de 2010

Felicidades a tod@s


En esta casa estamos listos para el festejo.

Felicidades para tod@s
Por un 2011 excelente y repleto de amor!

Gracias por estar ahí




sábado, 27 de noviembre de 2010

Pecados Capitales: Gula

Antonia está sentada en un banco de plaza de cemento del lado que le da el sol. Está cansada y no tiene ganas de esperar parada. Observa mientras va imaginando historias. Mete la mano en su cartera distraídamente y busca sin mirar. Pasa una anciana comiendo un helado. Camina despacio mientras come el helado rosa y blanco con cucharita azul. Mete la cucharita en el helado, la gira como si fuera un destornillador, la eleva lentamente y abre todo lo que puede su arrugada boca. Introduce la cuchara azul y la gira sobre la lengua, succiona y retira. La anciana se queda mirando la nada quieta un segundo y luego sigue caminando. Antonia saca de la cartera un chupetín color violeta, es el que más le gusta. Pasa una mujer embarazada tironeando del brazo de un nene que se chupa con fuerza el dedo pulgar y se deja arrastrar por la mujer que resopla. Va flameando como una bandera, se come los mocos que le chorrean sobre el dedo. Antonia le saca el papel al chupetín y se lo mete en la boca. Cruza corriendo un joven con unos auriculares puestos que la mira y le sonríe, ella se avergüenza y baja la cabeza sin dejar de chupar el chupetín. Cuando él no la ve, ella lo mira. Lleva zapatillas rojas, unos ciclistas negros, encima unos pantalones cortos azules y una musculosa blanca. Es castaño y el cabello le cubre los hombros y se lo sujeta con una vincha muy finita negra. Transpira y desaparece. Antonia mete y saca el chupetín enérgicamente de su boca, lo succiona, lo chupa, lo lame, lo absorbe, lo chupetea, lo saborea y sonríe recordando. Rueda un papel sin rumbo. Se escuchan gritos y risotadas, mira en esa dirección y ve pasar por la esquina un grupo de adolescentes. Se empujan saltan y gritan a las carcajadas. Ella succiona y succiona. Mira hacia el otro lado y ve un grupo de ancianos jugando a las cartas en otro banco. Ella chupa y vuelve a chupar. Se queda mirando fijo, sin ver. Lame y lame. Sonríe, se sonroja, acaba de descubrir a lo lejos en la esquina, que el joven de los auriculares vuelve hacia ella. Absorbe con fuerza, se pasa la lengua por los labios y lo mira fijo. Él, tiene el cabello pegado a los hombros. Transpira, se pasa el dorso de la mano por la cara y la mira. Antonia chupetea, chupetea y chupetea con ansiedad sin dejar de sonreír. Se levanta del banco, se acerca al joven y se para frente al él obstruyéndole el camino. El joven se detiene. Antonia saborea el chupetín una vez más, se lo deja en la boca y lo abraza.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Pecados Capitales: Lujuria

Laura cerró el libro y lo dejó sobre la mesa de luz. Se desperezó y se levantó de la cama decidida a cocinar. Caminó sin vestirse rápido a la cocina y abrió la heladera. Miró una y otra vez esperando la inspiración y provocando su deseo. Verduras, quesos, yogures, frutas, huevos pero nada la convencía. Sintió el frío punzante en sus pechos y se los miró, se avergonzó pero se acercó más. Sus pezones se erectaron dolorosamente y Laura sonrió. Se acercó tanto que quedaron sus pechos en la heladera y su cara apretada contra la puerta del freezer. Le dolían pero le gustaba sentirlos tensos y fríos. Metió una mano dentro de la heladera y a tientas tocó una botella. La sensación la hizo erizarse y volvió a sonreír. Quiero meterme dentro, pensó. Sacó la lengua y se relamió. Siguió a tientas tocando todo. La lechuga húmeda, los tomates lisos, los rabanitos ásperos, la manteca dura, impenetrable, un frasco de… ¿mermelada? No importaba, sus dedos querían recorrer y penetrarlo todo. Se había olvidado de comer, adoraba esa sensación de placer que aumentaba cada vez más. Una botella, varios huevos, uno, dos, tres, un sachet de mayonesa, un diente de ajo abandonado y… ¡un yogur!. Se sobresaltó, el metal la hizo retroceder. Se sonrió, respiró profundo y se lanzó sobre la heladera como si estuviera imantada. Metió las dos manos dentro, con una se pellizcaba los pezones tensos y con la otra buscaba desesperadamente. Quiero más, pensó.

Un sonido agudo y repiqueteante la penetró, se sobresaltó, volvió a retroceder y abrió asustada los ojos. Estaba empapada agitada y confundida mirando el techo sin comprender. El despertador seguía sonando. Todo la malhumoraba. La cama vacía, el despertador, sus pezones fláccidos y… ¡tanta humedad! Se metió la mano dentro de la bombacha, corroboró su excitación y se enojó con el despertador y la mañana que la obligaba a dejar sus deseos. Se levantó de un saltó y corrió al baño se sentó en el bidet y orinó al borde de las lágrimas. Abrió la canilla y se penetró con el chorro punzante hasta que el dolor la obligó a salir de ahí. El enojo estaba instalado sin aviso de partida. Se sacó la bombacha y la revoleó en la bañera sin siquiera mirar. Salió del baño chorreando agua y arrastrando los pies camino a la cocina. Entró y ahí estaba, impecable, blanquísima, rígida, cuadrada, dura e inanimada. Se llevó una mano a los pezones y los notó ajenos. Abrió la puerta de la heladera y se lanzó dentro. El frío la abrazó, la punzó, la penetró y le devolvió la sensación que necesitaba. Buscó desesperada la botella mientras apretaba con fuerza los ojos y rogaba volver a sentir sus pezones tensos. Se metió urgente una mano entre las piernas y sus pezones se sobresaltaron, sonrió y se acarició lento muy lento mientras se alejaba el enojo y se le clavaba una sonrisa en la cara. Se penetró con un dedo suavemente, mientras se encontraba con las sensaciones de ensueño y se animó un poco más. Se metió otro dedo y se le escapó una carcajada y se metió otro más y se penetró una y otra vez y una vez más y otra. Se golpeó con fuerzas y se metió entera y se tocó por dentro y el frió la devoró. Le dolía, pero estallaba de placer. Quiero más, pensó, un poco más. Y siguió golpeándose desesperadamente y gritó y se golpeó la cabeza con fuerzas mientras seguía gritando de placer y los pezones le estallaron y se expulsaron lejos de su cuerpo. El frió la devoraba y le devolvía un dolor dulce y una agonía perfecta. Quiero morirme, pensó y se mordió los labios y sangró. Sangró de placer.

lunes, 4 de octubre de 2010

Ejercitando III

Ella tiene las manos doloridas de tanto apretar el pañuelo. Hace horas que no abre sus puños. Hace horas que junto con el pañuelo aprieta los dientes, ya le dijo el dentista que no es bueno, pero no puede evitarlo. Ese hombre que está frente suyo la mira fijo, con soberbia, altivez, inmodestia, presunción, orgullo, altanería, arrogancia, vanidad, engreimiento, impertinencia, jactancia, suficiencia, fatuidad y pedantería. Ella solo aprieta sus dientes y el pañuelo, reprimiendo el llanto y el grito. No escucha nada a su alrededor, solo lo ve a él y sus adjetivos. Pasó muchos años esperando este momento y ahora que está ahí, a solo unos metros, sólo puede hacer fuerza para no derrumbarse o gritar y saltarle con violencia al cuello. Ese hombre la mató cuando apretó el gatillo, pero ella sigue respirando. No sabe como llegó hasta este día, no sabe que comió ni que bebió. No sabe si pudo dormir alguna noche en todos estos años. Pero acá está en pie, muerta, delante de ese monstruo. Quiere morderle las orejas y arrancárselas. Quiere escupir la sangre por todos lados y dibujar con ella las paredes. Quiere soltar el pañuelo de una buena vez. Quiere golpearle la cara con los puños cerrados, tan fuerte como le sea posible, hasta verle el tabique roto en miles de pedazos. Quiere que llore, que grite, que suplique y que le duela todo y mucho. Quiere que el dolor que sufra sea insoportable, pero que no pierda el conocimiento, que esté conciente cada segundo. Sólo atina a aflojar un poco los dedos de la mano para que sus uñas no le corten la palma. Quiere matarlo a mordiscones y desparramar sus tripas por la sala para que todos puedan verlo desangrarse. Quiere verlo sufrir y suplicar, quizás así podría descansar. Ella lo mira fijo con dolor, desconsuelo, pesar, suplicio, tortura, aflicción, angustia, congoja, pena, tormento y calvario. Quiere que ese hombre pague con su cuerpo por lo que hizo. A ella la justicia no le importa, ni le alcanza. La justicia no puede mitigar el infierno en el que ¿vive? Ella quiere morder. Ella quiere arrancar. Ella quiere romper. Ella quiere golpear. Ella quiere gritar. Ella quiere insultar. Ella quiere sangre. Solo atina a abrir la mano, mirarse las heridas y esperar…

lunes, 27 de septiembre de 2010

Ejercitando II

Otra noche sin dormir. Otro día sin sueño. Tengo la lengua pegajosa y las manos frías. Afuera el día es luminoso. Me gustaría salir a caminar, hablar con los vecinos, comprar el diario y desayunar por ahí. No creo que pueda vestirme. Quiero tocarme. Quiero buscarme. Quiero meterme las manos bien adentro y recordarme. Me quiero acariciar. Me quiero rasguñar. Me quiero llenar de saliva. Me quiero dormir agarrada a mi sexo y olerme. El sol me provoca a salir, pero no quiero vestirme. Tengo la boca llena de saliva, el sexo húmedo y las manos frías. Sigo deseándome, quiero volver a gritar y no extrañarte.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Ella

Ella tiene las manos doloridas de tanto apretar el pañuelo. Hace horas que no abre sus puños. Hace horas que junto con el pañuelo aprieta los dientes, ya le dijo el dentista que no es bueno, pero no puede evitarlo. Ese hombre que está frente suyo la mira fijo, con soberbia, altivez, inmodestia, presunción, orgullo, altanería, arrogancia, vanidad, engreimiento, impertinencia, jactancia, suficiencia, fatuidad y pedantería. Ella solo aprieta sus dientes y el pañuelo, reprimiendo el llanto y el grito. No escucha nada a su alrededor, solo lo ve a él y sus adjetivos. Pasó muchos años esperando este momento y ahora que está ahí, a solo unos metros, solo puede hacer fuerza para no derrumbarse o gritar y saltarle con violencia sobre el cuello. Ese hombre la mató cuando apretó el gatillo, pero ella sigue respirando. No sabe como llegó hasta este día, no sabe que comió ni que bebió. No sabe si pudo dormir alguna noche en todos estos años. Pero acá está en pie, muerta, delante de ese monstruo. Quiere morderle las orejas y arrancárselas. Quiere escupir la sangre por todos lados y dibujar con ella las paredes. Quiere soltar el pañuelo de una buena vez. Quiere golpearle la cara con los puños cerrados, tan fuerte con lo sea posible, hasta verle el tabique roto en miles de pedazos. Quiere que llore, que grite, que suplique y que le duela todo y mucho. Quiere que el dolor que sufra sea insoportable, pero que no pierda el conocimiento, que esté consciente cada segundo. Solo atina a aflojar un poco los dedos de la mano para que sus uñas no le corten la palma. Quiere matarlo a mordiscones y desparramar sus tripas por la sala para que todos puedan verlo desangrarse. Quiere verlo sufrir y suplicar, quizás así podría descansar. Ella lo mira fijo con dolor, desconsuelo, pesar, suplicio, tortura, aflicción, angustia, congoja, pena, tormento y calvario. Quiere que ese hombre pague con su cuerpo por lo que hizo. A ella la justicia no le importa, ni le alcanza. La justicia no puede mitigar el infierno en el que ¿vive? Ella quiere morder. Ella quiere arrancar. Ella quiere romper. Ella quiere golpear. Ella quiere gritar. Ella quiere insultar. Ella quiere sangre. Solo atina a abrir la mano, mirarse las heridas y esperar…

lunes, 9 de agosto de 2010

PIEL


Ella se peina frente al espejo del baño. Se mira en silencio mientras acaricia una y otra vez su cabello. Todas las mañanas, desde que se despierta sola, la ceremonia del cepillado se prolonga más y más. Ya es la tercera vez en la semana que llega tarde al trabajo. No puede evitarlo, se queda detenida frente al espejo cepillándose el cabello. Una y mil veces. Se mira, se observa, se estudia y no logra ver nada. El espejo le devuelve una imagen que ella no reconoce ni siente. El cepillo sube y baja y una mano lo lleva por toda la cabellera, que brilla, como si tuviera vida propia. El cabello brilla, ella no. La mano acaricia, ella no. El espejo refleja, pero ella no está ahí. Desde que la noche transcurre sin testigos, ella se detiene frente al espejo, como esperando. La espera se convierte en pausa y ella se cepilla el cabello mientras se mira. La espera es pausa y hace doler las muelas y los brazos. Recuerda los abrazos y no se le escapa ni una lágrima. No siente, solo recuerda. Brazos fuertes y abrazos firmes y seguros. La espera es pausa y la pausa no le detiene el pensamiento. Se mira y no se siente, no está. La invade un olor a jazmines pero no lo siente, no lo recuerda, no la emociona. Desde que la noche es larga y solitaria, se detiene frente al espejo a peinarse y acariciarse el cabello. Alguna vez alguien le dijo que si se acariciaba, no se iba a sentir sola. Ella se acaricia el cabello frente al espejo del baño y no siente nada.

Es la tercera vez que no logra salir a tiempo del baño, ya es tarde por eso no se apura. El subte está tan lleno como siempre, no importa mucho. La gente sube y baja, la empujan para un lado y para otro. La golpean, la aprietan, la ahogan, no importa, ella no siente nada. Otra vez el olor a jazmines justo cuando un hombre enorme saca a los tirones, de su bolsillo izquierdo un pañuelos de papel y se suena estruendosamente la nariz, sobre su frente, casi sobre su frente y ella ni siquiera pestañea. El olor a jazmines, se esfumó y se llevé le recuerdo. Desde que la cama se agrandó, ella no viaja más en colectivo. Ahora solo viaja en subte. Su cuerpo no recuerda como subirse al colectivo. El subte, la sube, la acomoda y la lleva. El subte no tiene recuerdos ni abrazos. Ya es tarde y otra vez tendrá que escuchar la misma lista de palabras. Entrará en la oficina, como siempre y aquellos ojos de huevo se pararán frente suyo a gritarle las mismas palabras. A ella no le preocupa, no las escucha ni siente nada. Los ojos pueden escupir, suplicar, rogar que para ella nada importa desde que la cama se agrandó y no hay testigos de sus noches. El hombre enorme se vuelve a sonar la nariz, con el mismo pañuelo sucio. Cree que algo saltó sobre su cara. El hombre estornuda y la escupe, no siente nada. Desde que amanece sola, nada importa. El hombre enorme puede escupirla, golpearla, levantarla y tirarla que ella no siente nada.

Y otro día más. La golpean olores y se inunda. No hay testigos para su humedad. El día es largo y la noche interminable. Los pensamientos la levantan y la llevan desde un ombligo a un pubis y la abandonan allí, a su suerte. El perfume le endurece las mandíbulas. Aprieta los dientes con fuerza, se moja, se empapa, se inunda. El recuerdo de su abrazo le estrangula las palabras en la garganta. Aprieta los dientes con más fuerza, y llora.

martes, 3 de agosto de 2010

Ejercitando I

Después de muchos días sin poder escribir nada, hoy en el seminario, un ejercicio me arrancó este texto. Espero seguir...


Ella sostiene con su mano derecha la copa de vino. La mira fijo, la hamaca, la huele y la deja en la mesa. Levanta la vista y mira hacia la calle. Pasa una pareja de ancianos tomados de la mano. Charlan y se ríen. Ella vuelve a la copa de vino. Mete el dedo índice, lo moja y se lo lleva a la boca. Se chupa el dedo una y otra vez. Se detiene con el dedo en la boca, lo succiona con la placer y lo vuelve a meter en la copa de vino. Una y otra vez. Con la mirada en la calle, en la gente que pasa. Una y otra vez el índice se zambulle en el vino y salta a su boca. Una y otra vez, se bebe su vino a zambullidas y saltos de índice. Se bebe.

jueves, 1 de julio de 2010

¡Sí, Quiero!



Mirta Busnelli- Laura Novoa-Juan Gil Navarro-Pepe Cibrián- Luisa Kuliok-Natalia Lobo-Daniel Hendler-Nicolás Scarpino.-Esther Goris-Catherine Fulop -Virgina Lago-Victor Laplace-Erentesto Arrese-Romina Ricci-Ana Katz-Sofía Castiglione y muchos/as más dicen SI QUIERO!

La Cultura vuelve a manifestarse a favor de la Igualdad. Por eso estos y otros/artistas siguen apoyando nuestro reclamo por nuestros derechos y los de nuestras familias.

Los artistas, como trabajadores/as del arte, adquieren un rol fundamental en este camino por la Igualdad y en la profundización del cambio cultural.

Este Lunes 5 de Julio desde las 17 hs, en el centro cultural “CARAS Y CARETAS” (Venezuela 330), habrá talleres, performances teatrales, música, muestras de artes plásticas y audiovisuales - dirigidos a todas la familias, con actividades también para los/as niños/as.

Fijate en qué momento podés venir, éste es el programa:

17hs. Apertura. Actividades para niños/as.

“Choco Impro” juegos teatrales, a cargo de Mosquito Sancineto.
Actividad de Plástica para niños/as, a cargo de Verónica Pomeraniec.

18,30hs.
Intervención de Danza Teatro. Novias.
Alejandrina Solá y Marcia Koutoudjian.

Inauguración de muestra de artes visuales. Con la adhesión de las galerías Modernario - Budich Giesso, Cortina Abierta, Elsi del Rio, Masotta Torres, Solange Guez, Gachi Prieto Gallery, Dario Zajdenberg, This is not a gallery, Consorcio de Arte y Dacil Art y la participación de los artistas: Milo Lockett, Marcelo Bordese, Benito Laren, Gaby Messina, Gerardo Feldstein, Miguel Ronsino, Verónica Llobet, Nadia Gomez Kier, Edgardo Rodriguez, Mariano Prestach, entre otros.
Coordinación: Jackie Miasnik y Dario Zajdenberg.

19.30 a 23hs.

Lectura de las Cartas del ¡Si, quiero!
Pepe Cibrián - Federico Amador – Georgina Barbarrosa – Boy Olmi – Mirta Busnelli - Rodrigo Cardenas - Antonella Costa – Catherine Fulop - Esther Goris - Daniel Hendler - Ana Katz - Luisa Kuliok – Virginia Lago - Victor Laplace – Ernesto Larrese – Natalia Lobo – Laura Novoa – Romina Ricci – Osvaldo Bazan


Autores/as de las cartas del ¡Si, Quiero!: Claudia Piñeiro (Premio mejor novela - Certamen LiBeraturpreis Alemania 2010, Las viudas de los jueves, etc.); Marcos Carnevale (099 Central, Soy Gitano, Padre Coraje, Hombres de honor, Botines, Amas de casa desesperadas, etc); Marcelo Camaño (Vidas Robadas, Televisión por la identidad, Montecristo, Resistire, Mosca y Smith); Laura Ramos (Autora de Buenos Aires Me Mata -Sudamericana, 1993 -, Ciudad Paraíso -Clarín/Aguilar, 1996-, Diario íntimo de una niña anticuada -Sudamericana, 2002-, coautora de Corazones en llamas –Clarín/Aguilar, 1991-, La niña guerrera -Planeta, 2010-); Mario Segade (Verdad Consecuencia, Vulnerables, Resistiré, Apariencias, Comodines); Osvaldo Bazan (Periodista y escritor, Historia de la homosexualidad en la Argentina -Editorial Marea-, La más maravillosa música /historia de un amor peronista, Editorial Perfil, La canción de los peces que le ladran a la luna –Editorial Marea-); Marcela Satz (Lic. en letras UBA, guionista de TV y Radio); Héctor J. Gómez (autor de guiones de TV y Cine); Gabriela Elena (Música y cantante, coautora de Resistiré/ Afectos Especiales, etc.)

Proyección Spots y saludos de organizaciones y dirigentes presentes.

Música por la igualdad.
Murga La Contracara
Gabriela Elena
Claudia Puyo.
Los Amados
Sandra Mihanovich
y otros/as!

SUMATE. 100% Diversidad y Derechos
http://100porciento.wordpress.com/
http://www.facebook.com/100.por.ciento

viernes, 28 de mayo de 2010

Hay días III

Cada vez que las palabras no salen por mi boca, se me inflama la garganta, los dedos me duelen como si me los arrancaran a tirones, los intestinos se me retuercen y la razón me abandona.

Hay días en que una palabra fuera de lugar puede desatar una hecatombe.

La mañana despunta un fresco nuevo, de los primeros otoños. Sigo en sandalias, adoro esta temperatura. Llevo la cartera cargada como si me fuera de viaje. No puedo deshacerme de nada y cada tanto agrego algo con la certeza de que lo voy a necesitar.
Meto medio brazo dentro de mi enorme cartera en busca del monedero. Odio la maquina expendedora de boletos de tren. Se traga mis monedas diariamente, paso horas de mi vida parada frente a esa maquina espantosa que se da el lujo de elegir que monedas le parecen mas sabrosas.
Saco el boleto. La maldita máquina se trago mis monedas sin dudarlo, toda una victoria. Guardo el boleto en el bolsillo izquierdo del pantalón. Siempre en el bolsillo izquierdo, en el derecho el celular. Cuando no tengo bolsillos, la cosa se complica.
Atravieso el molinete y camino hasta la mitad del andén donde siempre espero el tren. Esperar no me hace feliz, tengo que distraerme y para eso estoy fuertemente preparada. O saco el libro o me clavo el mp3, es el momento de tomar la decisión. Mientras tanto miro el horizonte en busca del tren que nunca llega a horario. Tomar decisiones no es una tarea fácil, así que intento dejarme llevar a no ser que esté muy dormida, entonces elijo rápidamente clavarme el mp3 así no tengo que pensar.
Esta mañana que despunta fresco, no puedo pensar a pesar de la temperatura. Alguien pasa por detrás mío y me roza con fuerza, lo ignoro.
Subo el volumen del mp3. Fantaseo con un viaje en el tren sola. Me regodeo en la idea. Una mañana fresca, sin olores complejos ni perfumes confusos. Una mañana de sol, sin pelos en la cara, ni manos vejatorias buscando mi sexo. Una mañana en que el tren llegue a horario y me de el tiempo suficiente para subir sin correr ni empujar. En silencio, a solas, sin olores ni perfumes, ni manos, ni penes, ni tetas, ni nada que me perturbe. Una mañana fresca y de sol, a solas y en silencio.
Aterriza el tren en el andén, las puertas tardan en abrirse pero ya se amontonaron unos cuantos listos para el ritual del ganado. Hay un “señor” que no se mueve de la puerta y hace fuerza para no perder su posición. Los que bajan lo empujan de derecha a izquierda intentando salir y los que suben lo empujan hacia adentro con la esperanza de hacerlo un poco mas solidario. Se sigue resistiendo a pesar de que sabe que no lo van a premiar por mantenerse firme en su sitio. Yo espero que suban todos y hago mi empujón final especulando con el tiempo de cierre de las puertas y los empellones del montón. El “señor” está colorado y acalorado resoplando. Es mi turno. Estocada final. Empujón. Volumen del mp3 en 18. Las puertas están por cerrarse, no puedo quedarme en el andén, es tarde. Contengo el aire y clavo mis puños en las costillas del “señor”. Rezonga, resopla y refunfuña. Empujo un poco mas. Sonó el silbato. Se acabó el tiempo.

_ Mierda!
_ Mierda?. Acaso te compraste la parcela?. No dejás subir ni bajar a nadie y encima te fastidiás porque tenemos que empujarte para poder subir?. Lamento que nadie te haya avisado cuando compraste el boleto que tenemos los mismos derechos que vos. Así que corré el culo y dejame entrar y si no bajate y tomate un taxi. Que mierda, es la que tenés vos en la cabeza, imbécil!

jueves, 13 de mayo de 2010

Los "Hay Días"

Pequeña aclaración.
No todo lo escrito acá es real, aunque tenga datos concretos de mi vida.
Escribo en primera persona porque me es menos complicado.
Estoy aprendiendo.
Lo intento.
Esto es parte de mí, pero no soy yo.

Los "Hay Días" son trabajos entregados en el seminario de escritura que estoy haciendo.

Abrazos
Ale

domingo, 25 de abril de 2010

Hay días II

Me despierto con la luz del día, me levanto y viajo al baño sin escala. Los gatos esperan en la puerta. No me lavo la cara, sí las manos. A la cocina urgente, es necesario tomar mate antes de que aparezcan pensamientos. Se acabaron los fósforos y ya no hay encendedores por toda la casa. Busco papel de diario, corto un pedacito, hago un cono y lo enciendo con el piloto del calefón. Listo, la pava ya esta en el fuego y preparo el mate mientras se calienta el agua. Me cuesta respirar, hago fuerza. Tengo los ojos hinchados y húmedos. Quisiera gritar y llorar sin parar. Hasta que se acabe, hasta que me quede muda y seca. El agua ya está caliente. Repasador, agarro la pava y pongo el agua en el termo. Lo voy a cerrar y me acuerdo del quiste en la mano izquierda, me duele. No había notado las cosas que hago con la mano izquierda, siempre pensé que no servía para nada. Siempre estuve equivocada. Cambio de mano y cierro el termo. Me cebo un mate, nada de hacer una montañita de yerba cuidando que una parte no se moje, solo tiro el agua dentro del mate y me meto urgente la bombilla a la boca en busca del oxigeno que me falta esta mañana.

Hoy no sonó el despertador, pero los ojos se me abrieron a la misma hora de siempre. Quizás me despertó Cleopatra cazándome los pies. Morfeo y Gea, esperan que me levante. El agua está muy caliente, soplo la bombilla. Cuando te levantas muy temprano el día se hace largo. Me gusta la mañana, pero hoy no tengo ganas. Me tiro en el sillón y me cebo otro mate, miro el techo. No sé como hago para llorar todo un día sin motivos y al día siguiente seguir con la vida como si nada hubiese pasado. Realmente no pasó nada. El día se puso oscuro y gris para mis ojos y lloré, lloré, lloré hasta que me aburrí.

Aterriza un helicóptero en mi cabeza, sopla viento intenso, el ruido es ensordecedor. Levanto la vista y allá arriba veo un sol desgarrador. Me cebo otro mate y saco pelos del sillón. ¿Cuando vence la tarjeta?. Me quiero comprar zapatos. Otro mate. Hay olor, tengo que cambiar las piedritas de los gatos. El helicóptero detiene el motor. Se larga a llover torrencialmente, siento el agua en la cara, me miro los pies que no se mojan. Me cebo otro mate y prendo la computadora. Mañana tengo que trabajar y sigo teniendo ganas de llorar. Llueve. Estoy seca. Me cebo un mate más. Tengo los dientes apretados. Los puños cerrados. No puedo abrir la boca. No quiero abrir las manos. No puedo dar. La pascua ha sido eterna como mi angustia.

miércoles, 14 de abril de 2010

Hay días

Hay días en que una palabra fuera de lugar puede desatar una hecatombe. En el que el silencio es la mejor compañía. Días y días. Hay niños que corren sin motivo, películas malas, caricias aburridas, caramelos pegajosos, estornudos húmedos y sol. Hay continuidad en los días y ojos abiertos, sin opción. Hay despertadores que taladran cabezas, sonrisas y humores mañaneros. Hay dolor de estómago y ganas de romper un plato contra la pared. Hay días para putear sin razón. Días de sol y de mierda, días fríos y mimosos, días de estaciones y estaciones diarias. Hay ganas de levantarse después del taladro en el cerebro. Hay elecciones sin adoptar. Frío en el alma. Líquido en el cuerpo. Hay tanto silencio que duelen los huesos y la carne y el espanto. Hay humedad que debilita y llora hasta la médula. Hay cuerpos cálidos que no dan nada y cuerpos fríos que se abren con ternura. Hay camas vacías de cuerpos, camas vacías de pensamientos, camas húmedas de sexo y camas sin aliento. Hay espirales que no ascienden y teléfonos que no suenan. Hay pelos de gatos y pelusas sin ombligos. Hay tristeza sin angustia y dolor a mares. Hay analgésicos a granel, delivery, silencios de redonda, fusas y semifusas. Hay espacio. Hay tiempo. Hay cansancio. Hay ganas de saltar y de quedarse quieto. Hay dolores imposibles de calmar, dolores que no se cuentan. Hay soledad que agujerea y dulce de leche que empalaga. Hay café, yerba y té. Hay música y ruidos desparramados. Hay pieles en polvo que juntan las escobas. Hay una voz tierna y cálida, una voz desconocida. Hay un disco nuevo y miles viejos. Hay ganas de morir habiendo vivido. Hay ausencia de ganas y toallones en el piso. Hay duchas corriendo, sin medir peligros. Hay tos y ronquidos y amanecer y lágrimas. Hay dios y olvido. Hay perdón. No hay amor.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Como en Botica VII

Todas las actividades a full.

Líquido en la rodilla.
Los aquiles siguen molestando, aunque no impidiendo.

La dieta..., no se hace sola.

Las leyes, siguen siendo complejas, más aún los cambios.

Un año político, difícil.
Me voy a enojar mucho.
Espero no deprimirme, la realidad política me angustia.
Me encantaría que cambiaran muchas cosas...

El año, recién está carreteando.

sábado, 27 de febrero de 2010

Como en Botica VI

Época de recuperar las mantas sobre el cuerpo durante el sueño.
Época de gatos durmiendo en el sexo.
Época de levantarse con y sin motivos a las 6 de la mañana.
Época de dolor, constante.
Época de analgésicos.
Época de madres.
Época de planificar natalicio.

Tiempo de sumergirse en Marzo, imponente...

miércoles, 17 de febrero de 2010

Como en Botica V

Seis de la mañana, en pie.
Escribir se ha convertido en un acto ocasional.
Las pasiones se han dormido, los objetivos son concretos, no han dejado lugar al placer.
El disfrute viene en envase light.
Los colores se estancaron en un extraño paraje.
Seis de la mañana sin deseos de retomar las tareas laborales.

martes, 2 de febrero de 2010

lunes, 1 de febrero de 2010

Cotidiano I

No es bueno que una esté sola.
No es bueno?
El placer de estirarse en una cama enorme y vacía, es incomparable.
La tristeza de estirarse y no encontrar nada en una cama enorme y vacía, también es incomparable.
De soledades y compañías.
De manías y consensos.
De días y noches
De vida.

sábado, 30 de enero de 2010

J. D. Salinger

Este es mi post número 100.

Estuve varios días pensando en hacer algo especial, pero hoy me di cuenta que lo especial ya había sucedido y yo casi seguía de largo como si nada.

El miércoles 27 de enero, falleció J. D. Salinger, la noticia no se esparció como otras, pero esto era habitual con él.
Quisiera decir que lo voy a extrañar, pero ya no escribía cuando nací. Me duele su ausencia. Tengo la sensación que ahora no voy a poder disfrutar más de su arte (cosa que no es cierta), pero así me siento.

Adiós...


Salinger Básico
Nueva York, 1919 - New Hampshire, 2010. Escritor.

Creció en un piso de Park Avenue, en Manhattan. Estudió tres años en la Academia Militar de Valley Forge. Como soldado de Infantería, participó en el desembarco aliado en Normandía, en 1944. Comenzó su carrera literaria escribiendo relatos para revistas de Nueva York, en la década del cuarenta. Se casó dos veces, una en 1945, y otra en 1955. Se divorció en 1967. Tuvo dos hijos: Margaret y Matt. Desde hacía cincuenta años vivía recluido en su casa de Cornish y desde 1965 no publicaba nada. Murió a días de cumplir 91 años.

jueves, 21 de enero de 2010

Como en Botica IV

Los pies en el agua, ultrasonido.
Los tendones de Aquiles, sufriendo.

La espalda empapada.

Rayos X de pie, soportando el peso del cuerpo.

Una reiterada discusión sobre el calor.

Algo da vueltas en el imaginario.
Difícil ignorarlo, "es", va más allá de lo real.
Presentir, olfatear, intuir, saber...

Los colores se detuvieron.

El movimiento fué prohibido.

Las lenguas nadan en líquidos verdes.
Se refrescan, se vuelven a enamorar.

Martes/Miércoles
No es sabido si es mucho o poco aún.

Buen descanso.

lunes, 18 de enero de 2010

Como en Botica III

Todo amaneció hinchado, hasta los ojos y las pelotas.

Hay recuerdos que uno se esfuerza por olvidar y de golpe se instalan como una patada de burro en el medio de la conciencia y otra vez a esforzarse para que no se claven en el pecho.

Alguien dijo que el alma duele?

Las pérdidas y las soledades, estrangulan las gargantas, las enmudecen.

Hay lugares, hoy, donde se llora.

Hay mujeres que estiran sus brazos en busca de abrazos.

Hay silencios, abandonos, olvidos, tristezas y llantos...

domingo, 17 de enero de 2010

Como en Botica II

Ahora vivo en un lugar comunitario, por no decir lleno de gente extraña. Desconozco el motivo, solo sé que la mayoria son originarios del norte argentino.
Tengo televisor, impresionante, enorme, divino, pero me sacan el control remoto.
Me cuesta tener privacidad, todos quieren el televisor.

Calor, mucho, me marea, me atonta.
No hay forma de estabilizar la presión arterial.

La dieta no está dando resultados.

Las películas abundan y se amontonan en la pc.

El calor, el calor y eso que no era por Mayo...

Los gatos casi no se mueven.

El rojo cada día le sienta mejor.
A por más colores. Tal vez naranja, tal vez azul.

Milagro en la televisión pública.

Hijo en la costa.

Calor y más calor...

jueves, 14 de enero de 2010

Como en Botica

Mandan Cascos Blancos para colaborar en Haití.

Ojo con lo que pueda llegar a decir doña Mirtha Legrand.

Soñé que el cementerio "estatal" era manejado por "Starbucks", algo asi como un concesionario... mi hermano trabajaba ahí... yo (obviamente), militaba en contra... logré saber que soñaba, e hice fuerza para despertarme, me angustiaba lo de la concesión... mmmm?

Si te digo que tengo un "moretón", porque me contestás mientras apretás,"ahí?"

Si te digo estoy mareada, y me tenés agarrada de la mano, porque me soltás?

Si te digo estoy mareada, hace falta que te diga que no me sueltes?

El rojo le sienta bien.

El olor a pintura me tapa la nariz.

Jueves, ya casi se me fué una semana...

domingo, 10 de enero de 2010

Puntos suspensivos

El 2009 ya termino hace como diez días, el 2010 lleva el mismo tiempo de comenzado y yo, ando como desorientada en este mundo.
Hace rato que no puedo escribir, y lo que quisiera no quiero mostrarlo, porque seré tan compleja?
Espero que este año sea creativo y productivo, jajaja, vamos mal asi queria eh?

Arráncame la vida

Cuando nos conocimos sentí una atracción animal, nunca me había pasado nada parecido. Cada vez que lo tenía cerca comenzaba a sentir como ...